lunes, 23 de mayo de 2011

Una mujer trabajadora


Doris Olarte, comerciante desde hace 15 años una mujer dedicada 100% a su trabajo, trabajando “todos los días de domingo a domingo” como ella misma lo afirma, siempre con su esposo; pero detrás de esta mujer fuerte y trabajadora una historia de superación ha sido escrita a diario no solo por ella si no por un barrio entero.


Hace 15 compro unas vitrinas a su mamá para iniciar su negocio, fue surtiéndolas poco a poco, y en la sala de la casa de su madre vendía “cositas” como lo afirma, hasta que llego el momento en que tuvo que salir de allí porque la casa iba a ser vendida para ayudar a su hermano, pero ¿Quién iba a pensar en ella?, ¿Por qué su mamá solo estaba pensando en su hermano en ese momento?, ¿Cómo iba hacer ella con su esposo y sus dos hijos?

En ese momento todo era tan incierto tan oscuro que no sabía qué hacer, lo único que tenía claro en ese momento era que debía ir a buscar algo, como darle la noticia a su esposo, explicarle a sus hijos que debían irse de la casa pero que aun no sabía a dónde iba a irse.

Con su cabeza llena de preguntas y sin una sola respuesta salió a la calle a buscar que podía hacer, los arriendos como siempre muy caros, las casas a la venta muy bonitas pero con qué plata iba a comprar una si no tenía ni siquiera para salir de donde su mamá.

“Yo siempre he sido una mujer creyente, sé que mi diosito nunca me deja sola” pero en ese momento si pensaba que se había olvidado de mi” cuenta ella en su historia. En ese caminar encontró un vecino amigo de ella el cual como si fuera un ángel enviado por ese Dios que inicialmente la había abandonado la dio su mano y le ayuda a ella para salir de esa situación.

Como todo en nuestro país hay personas que ayudan pero por medio de otras y otras que siempre buscan “ayudar” a la gente pero buscando algo a cambio; en ese momento era poco lo que le interesaba a Doris si era con tramitador o no lo que le importaba era que ese “ángel” como ella lo describe y podía dar una solución a su problema.

Confundida y llevada por la situación decide aceptar la propuesta hecha por su vecino, sacar un crédito por medio del tramitador para comprar una casa en el barrio donde ya tenía algunos clientes y donde ella proyectaba su vida junto con su familia.

Así fue como se lanzó al ruedo para comprar su casa logro conseguir una en la cuadra principal del barrio donde vivía con su mamá y allí monto su negocio, una papelería y miscelánea donde pocas veces se puede decir que no hay algo, surtida de todo lo que puede llegar a imaginarse y con algo que la hace muy especial el cariño con el que se es atendido por su propietaria.

Actualmente sus hijos Airón de 21 años y Roger de 26 años viven con ella y le ayudan atendiendo la papelería cuando ella necesita un descansó, sus hijos que ama y que como ella misma nos contó “me toco duro con ellos pero ahí los estoy sacando delante de la mano de mi diosito y con mi esposo al lado, eso sí siempre trato de darles lo mejor y de educarlos bien”.

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